No sé cuántas veces fui capaz de escribir y borrar aquel mensaje de tres míseras líneas, queriendo —inútilmente— dar con las palabras adecuadas, asunto, por otra parte, bastante complicado cuando no sabes absolutamente nada de la persona a quien escribes.
Bueno, sí.
Sabes que es mujer.
Que ronda los 30.
Que vive por tu barrio.
Y que se está quedando ciega.
Todo comenzó hace pocas semanas. Sentada frente al ordenador, intentaba yo —infructuosamente— centrarme en encontrar un motivo por el que volver a colgarme un dorsal. En la página de alguna de las carreras que discurren por las calles de Madrid observé un icono totalmente desconocido e inidentificable: EDP, energía oficial del deporte.
Pensando encontrar unos geles que me hiciesen volar, me topé con EDP comparte tu energía, me topé con Cristina al otro lado de la pantalla.
Ha transcurrido menos de un año desde que en mayo de 2017 EDP —uno de los mayores operadores de energía eléctrica, gas natural y servicios que existen en España— en colaboración con la Fundación ONCE y la Federación Española de Deportes para Ciegos puso en marcha “Comparte tu energía”, una plataforma online que une a corredores guía y corredores con discapacidad visual grave. La iniciativa supera, a día de hoy, las 2200 personas registradas, más de 60 parejas ya comparten entrenamientos y carreras y acaba de añadirse la posibilidad de que se inscriban corredores de cualquier parte del mundo. Y es que pocas iniciativas son tan increíblemente sencillas y rápidas de seguir.
El registro es simple e intuitivo. Cada persona rellena su perfil de corredor —tiempos, disponibilidad, metas… lo que se le ocurra— y busca su pareja idónea. A día de hoy ya hay registrados corredores guía y guiados de todos los niveles en diez ciudades españolas. La plataforma también muestra tutoriales para los neófitos en esto del guiar o ser guiados y EDP regala dorsales a todas las parejas que se formen gracias a esta iniciativa y quieran participar en alguna de las carreras que patrocina. ¡No tienes más que empezar a moverte y buscar la tuya!
En mi caso, fueron necesarios unos cuantos mensajes para ponerle por fin cara a Cristina, y unos pocos más para dar nuestras primeras zancadas juntas. Hubo que conocerse, abrirse la una a la otra, ajustar nuestro deambular, comprometerse, compartir dudas, condicionantes, miedos, risas, desánimos y aficiones, superar climatologías adversas y perezas mutuas. Poco a poco se fue fraguando la confianza, la conexión y el ambiente necesarios. Con el cambio de año Cristina me regaló la mejor felicitación que he recibido en mucho tiempo “Espero que el 2018 te traiga mucha felicidad y fuerza para superar cualquier obstáculo”.
Su capacidad de síntesis vital se me ha quedado grabada a fuego. Su sencillez y su grandiosidad me abruman y estimulan a partes iguales.
Dentro de unos días correremos nuestra primera carrera juntas. Y será inolvidable. Gracias por tanto, Cristina.