Déjame que te cuente…

Déjame que te cuente que lo he conseguido, que he cruzado la meta con la sonrisa puesta, que a pesar de lo que pueda parecer, el premio no está en mi mano izquierda —ni en la derecha…— El premio lo llevo dentro.

Contra todo pronóstico, he disfrutado con el #RetoXiamen70.3 mucho más de lo que he sufrido.

El cambio de horario —perro como pocos—, el respeto —forma educada de decir “acojone”— a lo desconocido, el calor y la humedad en la carrera, han sido momentos complicados. Nada que un poco de disciplina mental no arregle. A cambio, me he sentido arropada, ilusionada e inspirada como nunca. Será el  placer de poner tu grano de arena para cambiar el mundo.

Contra todo pronóstico, he logrado que mi vida interior, esa que en los momentos tediosos me suele jugar malas pasadas, se vuelva mi aliada.
«…Familia… Amigos… Fragilidad… Fuerza… Sueños… ¿Quién da más?…¿Quién recibe más?…¿Esa cabrona con 20 años menos que yo me va a adelantar? ¡¡¡Ni de coña!!!»
Pensamientos inconexos que sumados todos, me llevaron hasta la meta.

Déjame que te cuente que tú has cambiado la vida de l@s increíbles guerrer@s de Aladina. Has ayudado a conseguir pelucas para adolescentes coquetas, a abrir ventanas por las que se cuelan rayos de sol, a obtener aparatos deportivos para hacer ejercicio en habitaciones de hospital, a pintar sillas de ruedas de colores, a que l@s niñ@s enferm@s puedan viajar con garantías médicas, a que sus herman@s no pasen a un segundo plano, a darle un fuerte empujón a sus sueños… Cosas difíciles de poner en palabras. A veces intangibles pero muy poderosas y reales.

Déjame que te cuente que todo suma. Que aún estás a tiempo. Que siempre se puede.

Déjame que te cuente que el Reto Xiamen 70.3 ha finalizado pero volveré a la carga. No sé cuando. No sé cómo. Pero esto, el deporte con propósito, no ha hecho más que empezar.

Río Huangpu

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