El reto: recaudando fondos para la Fundación Aladina

“Eres mi ídolo”, dijo ella. Ella es una amiga a quien mis retos deportivos le merecen cierto — inmerecido — entusiasmo.
“No, perdona”, repliqué. “Si aquí hay alguien digno de — merecida —admiración, esa eres tú. Y todos los que como se han enfrentado a un reto vital y lo han peleado, y lo han superado. Todos los que han luchado. Todos los familiares o amigos que, haciendo un tremendo esfuerzo, le ponen al mal tiempo buena cara. Todos los que apoyan incondicionalmente. Todos los que, infatigablemente, siguen caminando y disfrutan de cada segundo que les es concedido. Todos los que dejan huella. Ellos son el ejemplo a seguir.”

“¡Qué máquina!”, comentó él. Él es el hermano de otra de mis amigas.
“No, perdona”, protesté. “Los máquinas son los que caen y se levantan. Los que se convierten en súper padres porque no hay otro camino. Los que acotan sus fundadas lamentaciones y las encierran en un armario del que tiran la llave al fondo del mar. Los guerreros infatigables. A veces tan pequeños, que uno cree que no van a poder con lo que se les ha cruzado por el camino. Y sin embargo, cada día, nos enseñan que la grandeza y la valentía no se miden por el tamaño sino por los hechos. Y así nos enseñan que lo pequeño y lo efímero es, en realidad, lo relevante.
Ellos son el ejemplo a seguir.”

Hoy, 13 de septiembre, comienza la cuenta atrás. Dos meses exactos me separan del medio Ironman de Xiamen.

Esta vez, nada será igual.
Esta vez, no seré una mera espectadora.
No acompañaré, apoyaré, gritaré, no coordinaré la logística del deportista, no animaré desde detrás de las vallas, no formaré parte del supporter team.
Esta vez, sufriré y disfrutaré por mi misma.
Y lo haré con la mayor de las motivaciones, porque esta vez, mi aliento es inmenso, incombustible, indestructible.
Esta vez, sois muchos los que me vais a empujar.

El reto es grande.
El premio, inigualable.

2 km a nado por el Estrecho de Taiwán, 90 km en bici y 21 km de carrera a pie me separan de conseguir fondos para la Fundación Aladina.

Hace 10 años, Aladina se propuso mejorar la vida de los niños y adolescentes enfermos de cáncer y la de sus familias a través de sus programas y actividades — apoyo emocional, becas para la investigación, grupos de duelo, programas de ejercicio físico, cuidados paliativos o la construcción del Centro Maktub, pionero en trasplantes de médula, son algunas de las actividades que apoya la Fundación—. Hasta donde he visto en el Hospital Niño Jesús de Madrid, no sólo se lo han propuesto, sino que lo han conseguido.

Si quieres colaborar económicamente puedes hacer tu aportación en #RetoXiamen70.3#FundacionAladina. Los donativos se realizan de forma sencilla y transparente— mediante TPV o Paypal — y con certificado fiscal para desgravarte de tu contribución. Todo se hace a través de la plataforma de micro donaciones en grupo para ONGs, www.migranodearena.com, creada por la Fundación Real Dreams.

Si quieres apoyarnos, por favor, difunde este mensaje al mayor número de personas.

Para que los niños con cáncer nunca pierdan la sonrisa.
Ese es el lema de la Fundación Aladina.
Esa sonrisa, será la que lleve puesta al cruzar la meta, dedicada a tod@s l@s guerrer@s de Aladina.

¡Si nos apoyas TÚ, luchamos TODOS!
Gracias por colaborar.

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