A pesar de ser conocida como The Windy City — la Ciudad del Viento— Chicago bien podría denominarse la Ciudad del Agua. Con más de 250 kilómetros de ríos y canales, 45 puentes y casi 60.000 m2 de superficie del lago Michigan, es prácticamente imposible no correr o caminar junto al agua. Aquí te dejo tres de sus rutas céntricas más apetecibles.
Chicago Riverwalk
Seguir la ruta arquitectónica fluvial dando zancadas por el margen izquierdo del río Chicago es una de las opciones urbanas más estimulantes para recorrer los 6 kilómetros del Riverwalk, que se extienden desde el lago Michigan hasta Lake Street. Existen varios accesos al recorrido. Puedes empezar frente a la explanada en la que se encontraba la tienda Apple ubicada junto al río, por las escaleras que se encuentran junto al DuSable Bridge —no olvides pasarte por el museo McCormick Bridgehouse & Chicago River cuando tengas ocasión para descubrir un poco más sobre los mecanismos de los puentes móviles de Chicago—. Si comienzas dirigiéndote hacia el este en dirección al edificio Trump, en Lake Street llegarás hasta al punto en el que el río se divide en dos. Ahí toca dar media vuelta para regresar sobre tus pasos, pasando de largo el punto de inicio y pudiendo llegar hasta el lago Michigan e incluso alargar un poco el planeo —unos 2 kilómetros más— si llegas hasta el Navy Pier.
Si quieres que esta ruta sea un recorrido realmente inolvidable, date el gusto de hacerla al anochecer, cuando los edificios comienzan a iluminarse y Chicago se vuelve más mágica aún.
Grant Park y alrededores
Si tu distancia varía entre los 6 y los 15 kilómetros, la zona de Grant Park es tu lugar, ya que podrás añadir parque y kilómetros según tus gustos y necesidades.
Grant Park —inspirado en los jardines de Versailles— se construyó sobre los restos del gran incendio que asoló la ciudad en 1871 empujados hacia el lago, extendiendo así el terreno que ocupaba la ciudad. Sus vecinos Millenium Park y Maggie Daley Park cuentan con alguno de los lugares más emblemáticos de Chicago como el Instituto de Arte de Chicago o Cloud Gate, con su famosa habichuela metálica en la que no puedes dejar de hacerte una foto. Al sur de Grant Park se agrupan varios museos ineludibles y extensas zonas verdes en un espacio denominado Museum Campus, en el que se encuentra el Adler Planetario, el SheddAquarium y Field Museum, el museo de historia natural. Combinando el perímetro de estos parques y alguna que otra vuelta añadida conseguirás incrementar kilómetros hasta donde te pidan el cuerpo o el entrenamiento.
Lakefront Trail.
El Lakefront Trail son palabras mayores. Su recorrido completo entre Jackson Park al sur y Kathy Osterman Beach al norte alcanza los 30 kilómetros. Yo suelo iniciar mi tirada en Ohio Beach ya que este céntrico acceso cuenta con unas taquillas en las que dejar tus pertenencias o una muda si pretendes hacer algo más después de correr. Si te diriges hacia el norte irás acompañad@ del constante zumbido de los coches que circulan por DuSable Lakeshore Drive, pero las vistas al lago y el disfrute añadido de, a ratos, correr por senderos de gravilla no tienen precio.
Si optas por dirigirte hacia el sur, enseguida llegarás al recorrido anterior por Grant Park y aledaños, donde los sonidos de la ciudad quedan amortiguados por las zonas verdes entre el camino y las calles, pudiendo disfrutar también de las vistas al skyline de la ciudad, a varias marinas, a la torre de control del antiguo aeródromo de Meigs en Northerly Island Park, a alguna de sus playas de arena o el Museo de la Ciencia y la Industria.
Cualquiera de estas rutas es un auténtico chute de energía que no puedes perderte. Y luego, a descubrir Chicago, una apuesta segura.