Ana Ferrer, África en las venas.

Llevar a buen puerto un barco cuya estructura base es el contacto directo y los viajes cuando ninguna de esas dos cosas están permitidas es una tarea muy entretenida. Incluso para una mujer tan inquieta, resuelta y comprometida como Ana Ferrer, directora de la ONG Aviación Sin Fronteras. Mientras Ana veía con desesperación cómo los proyectos esenciales de ASF España quedaban en suspenso durante casi tres meses, la ONG que lidera logró poner en marcha un corredor aéreo para facilitar la movilidad de material y personal sanitario durante el confinamiento. Ahora se encuentra frente al reto de recaudar fondos para sus proyectos -alfabetización en Burkina Faso, acompañamientos de niños con necesidades hospitalarias y actividades con personas en riesgo de exclusión o con discapacidad– en tiempos de crisis.

Nacida en Costa de Marfil hace algo más de 40 años, Ana lleva por definición África en las venas. España, Suiza, México y el Reino Unido son algunos de los países en los que ha vivido esta viajera empedernida cuyo padre -ese armador que le metió el gusanillo de viajar en el cuerpo- afirma con rotundidad que se la puede soltar en cualquier parte del mundo, que Ana se sabe buscar la vida.

Si te hubieses buscado la vida haciendo otra cosa, serías…
Soy una médico frustrada aunque la medicina nunca fue una opción: veo una aguja, dos gotas de sangre y me mareo, pero me hubiera encantado. También me hubiese gustado dedicarme al periodismo en zonas de conflicto.

A qué lugar en el tiempo te trasladarías
A mi infancia en Costa de Marfil. Era un momento políticamente muy tranquilo. Vivíamos con la puerta de casa abierta. Ahora es más peligroso.

Ir o volver
Ir.

A la aventura o preparado
Soy más de ir a lo loco, pero todo depende del viaje.

Estado actual
Esperanzada. Después del parón del confinamiento y de una lenta vuelta a algunas de nuestras actividades, por fin hay nuevos proyectos en el horizonte. Antes de que me preguntes te diré que aún no se pueden desvelar…(risas).

Dónde viajas para desconectar
Pues la verdad es que tengo un poder de desconexión pasmoso. Puedo desconectar casi en cualquier parte pero en África en particular.

El viaje de tu vida
Uff, pues me han marcado muchos pero casi te diría que el viaje de mi vida aún está por llegar.

Uno para olvidar
No olvidaría ninguno, tanto si ha sido bueno como malo. De todos me llevo algo.

Uno pendiente
La India.

A qué le tiene miedo Ana Ferrer
Le tengo pavor al sufrimiento. A verlo y a padecerlo.

¿Eso es lo que te llevó al mundo ONG? Porque antes de ASF también trabajaste en Tierra de Hombres…
Nada que ver. Y en mi casa nadie se dedica a esto. La casualidad me llevó a buscar trabajo en Madrid después de una temporada en México y mientras salía la oportunidad, me metí de voluntaria en Tierra de Hombres. Luego me contrataron y así empezó mi andadura profesional en el sector.

¿Qué es lo que más valoras de una persona?
La lealtad.

¿Y lo que más te desagrada?
El engaño y la decepción.

A la cena perfecta acudirían…
Margareda, César y Nuria. César y Nuria son dos personas con las que comparto mucho. César y Margareda son perfectos para compartir comida y bebida. Y Nuria es una de las personas con quien más me río. Son tres seres humanos con los que me gusta estar.

Un super poder
La teletransportación.

Tu actividad favorita para disfrutar de tu tiempo libre
Compartir un buen paseo, una exposición, un buen aperitivo y en buena compañía, siempre intentando disfrutar de amigos.

Lo peor de tu trabajo
Pues ¡es que me encanta mi trabajo! Quizá la impotencia de no lograr algo en concreto. Este es un trabajo muy humano y no poder sacar un caso o un proyecto adelante frustra mucho, pero también es cierto que ocurre muy pocas veces.

¿Qué te supera?
La mala educación —y parece mentira, pero abunda— y la indefinición, no saber a qué atenerme con determinadas personas o situaciones.

Un secreto inconfesable
Uy, tengo más de uno y ¡voy a seguir sin confesarlos! (risas).

Un talento oculto o uno que te gustaría tener
¡Cantar! No puedo cantar peor. No te canto bien ni el «cumpleaños feliz». Y talentos ocultos… siento decepcionarte pero no se me ocurre ninguno. También es cierto que soy muy autocrítica. A ver, se me da bien cocinar y escribir pero de ahí a considerarlo un talento…

Un arrepentimiento
No tengo. Todo lo que hago es conscientemente. En general voy con el SÍ por delante así que, como mucho, podría arrepentirme de no haber hecho alguna cosa, pero… tampoco.

La pregunta que más temes de San Pedro a las puertas del Cielo
¡No quiero que me pregunte nada!
¿Se me acabó lo que se daba? Pues que me dejen tranquila.

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